Por qué se dice que «recordar es volver a vivir» y qué hay de cierto


Se dice que "recordar es volver a vivir" porque al rememorar, revivimos emociones y sensaciones pasadas. El cerebro activa áreas similares al momento original. El lenguaje está repleto de expresiones que transmiten sentimientos, como este aforismo. Esta frase se ha convertido en una expresión popular que nos recuerda lo compleja y fascinante que puede ser la vida.
Pero, ¿sabías por qué se dice? Y, sobre todo, ¿qué hay de cierto en ello? En este artículo de Psicología-Online, te mostramos por qué se dice que «recordar es volver a vivir» y qué hay de cierto.
Quién dijo que «recordar es volver a vivir»
Aunque la autoría exacta de la frase no está del todo clara, se le ha atribuido distintas fuentes a lo largo del tiempo. Una de las más conocidas es Kodak, quien en la década de los 70 utilizó esta idea para resaltar la importancia de capturar momentos especiales en fotografías, y cómo esas imágenes podían revivir recuerdos entrañables a lo largo del tiempo. Asimismo, en 2015, el grupo de música Los Diablos utilizó esta misma frase para nombrar una de sus canciones.
No obstante, la idea de que «recordar es volver a vivir» parece haber acompañado a la humanidad desde hace siglos. De hecho, si no remitimos a la etimología de la palabra «recordar», del latín recordari, podremos observar que está formada por los términos re ‘de nuevo’ y cordis ‘corazón’. Es decir, recordar implicaría volver a pasar por el corazón.
Por qué se dice que «recordar es volver a vivir»
Más allá de su origen, esta frase expresa la idea de que cuando recordamos un momento del pasado, en cierto modo lo revivimos en todo nuestro ser. Veamos por qué a continuación:
Los recuerdos evocan emociones intensas
Cuando recordamos una experiencia valiosa para nosotros, el cerebro activa las mismas áreas que se activaron durante el suceso original. Por ejemplo, si recuerdas un momento en el que fuiste muy feliz, experimentarás una sensación similar de alegría. Esto se debe a que el hipocampo y la amígdala, estructuras cerebrales clave en la memoria y la emoción, trabajan juntas para almacenar y recuperar recuerdos cargados de sentimiento.
Para entenderlo mejor, te recomendamos leer estos artículos sobre la Amígdala cerebral: qué es, ubicación, partes y funciones y Qué es el hipocampo y cuál es su función.
El cerebro reconstruye la memoria
Los recuerdos no son simples archivos que almacenamos en la memoria, sino reconstrucciones que nuestro cerebro recrea cada vez que los evocamos. Esto significa que, aunque el suceso original haya ocurrido hace años, su impacto en ti puede ser reciente y real, como si revivieras la experiencia.
La memoria autobiográfica y la identidad
Parte de nuestra identidad se construye a partir de los recuerdos. De hecho, cuando recordamos hechos importantes de nuestra vida, reforzamos nuestra percepción de quiénes somos y de cómo hemos llegado a serlo. En este sentido, recordar no solo nos hace revivir experiencias del pasado, sino que también ayuda a que nos entendamos mejor.

Qué hay de cierto en que «recordar es volver a vivir»
Desde un punto de vista científico, existen evidencias que respaldan la idea de que los recuerdos generan respuestas físicas y emocionales similares a las que experimentamos en el momento que estamos recordando. Sin embargo, debes tener en cuenta los siguientes detalles:
- Los recuerdos no son exactos: la memoria humana es reconstructiva, es decir, almacenamos los recuerdos de manera no fidedigna. Cada vez que traemos el recuerdo a la mente, el recuerdo puede cambiar ligeramente, lo que implica que no estamos reviviendo el pasado de manera exacta, sino una versión reconstruida por nuestro cerebro.
- El impacto emocional varía según la persona y la situación: no todos los recuerdos generan la misma respuesta emocional. De hecho, la misma persona puede experimentar el mismo recuerdo de formas completamente diferentes en función del contexto, especialmente cuando las emociones asociadas se han procesado con el tiempo.
- El papel del presente en la interpretación del pasado: nuestra perspectiva actual influye en cómo recordamos el pasado. Si nuestra personalidad o forma de ver la vida ha cambiado, interpretaremos el recuerdo de forma distinta a como lo hicimos en el pasado.
- El trauma: en algunos casos, recordar es doloroso y perjudicial, especialmente en personas que han experimentado heridas emocionales profundas, como abusos o maltrato. Uno de los ejemplos más evidentes es el trastorno por estrés postraumático (TEPT), una condición en la que los recuerdos se sienten muy reales.
Si te interesa saber más sobre este tema, no te pierdas estos artículos sobre Dónde se almacenan los recuerdos y Cómo recordar recuerdos reprimidos.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
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- LeDoux, J. E. (1996). The emotional brain: The mysterious underpinnings of emotional life. Simon & Schuster.
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