
La ansiedad aparece cuando estamos tranquilos porque la mente, sin distracciones, se enfoca en preocupaciones no resueltas. Este fenómeno puede resultar desconcertante, pero la respuesta a esta duda se relaciona factores como el estrés acumulado, la hiperactividad mental y ciertos patrones de pensamiento
En este artículo de Psicología-Online, te explicamos por qué aparece la ansiedad cuando estamos tranquilos. Descubre las razones detrás de esta aparente contradicción, cómo la ansiedad puede afectar a personas que se consideran calmadas y estrategias para manejar estos episodios.
¿Una persona tranquila puede tener ansiedad?
Aunque solemos asociar la ansiedad con un estilo de vida acelerado, lo cierto es que cualquier persona puede experimentarla en determinados momentos. La ansiedad no está exclusivamente ligada a la personalidad o al ritmo de vida, sino que puede ser producto de diversos factores, como predisposición biológica, experiencias pasadas o patrones de pensamiento.
Un individuo con una personalidad calmada también puede tener episodios de ansiedad inesperados si su sistema nervioso está acostumbrado a estar en alerta constante, pero de repente entra en una etapa de calma mental. Es crucial reconocer que experimentar ansiedad no significa que una persona haya perdido su capacidad de mantener la calma, más bien, indica que su sistema nervioso está respondiendo a estímulos que no evidentes a primera vista.
De hecho, algunas personas tranquilas son más propensas a tener ansiedad debido a su tendencia a interiorizar sus emociones o a reflexionar profundamente sobre situaciones. Esta introspección, aunque valiosa en muchos aspectos, produce patrones de pensamiento ansiosos si no se gestiona de forma adecuada.
Por qué me da ansiedad cuando me siento tranquilo/a
Si estás tranquilo/a y, de repente, te empiezas a sentir ansioso, las razones de este fenómeno pueden ser las siguientes:
- Hipervigilancia del cerebro: si estás sometido/a a mucho estrés, el cerebro se acostumbra a estar en estado de alerta. En los momentos de calma, esta alerta no desaparece de inmediato y el cerebro interpreta la falta de estímulos como una señal de peligro.
- Acumulación de tensión emocional: a veces, cuando estamos ocupados, reprimimos ciertas emociones o preocupaciones. Cuando finalmente nos relajamos, estas emociones no resueltas salen a la superficie en forma de ansiedad.
- Miedo al descontrol: hay quien asocia la tranquilidad con una pérdida de control sobre su entorno. Sentirse demasiado relajado/a puede generar inquietud al no tener algo que hacer de forma inmediata.
- Déficit de estimulación: las personas acostumbradas a una vida con un ritmo acelerado se sienten extrañas o inquietas cuando no tienen algo que hacer. La mente, en lugar de disfrutar la calma, comienza a generar pensamientos ansiosos.
- Procesos fisiológicos: el cambio en la actividad del sistema nervioso al pasar de un estado de alerta a uno de relajación provoca sensaciones físicas como mareo o palpitaciones, que pueden interpretarse erróneamente como síntomas de ansiedad. Además, las alteraciones hormonales o en la química cerebral pueden provocar síntomas de ansiedad.
- Ansiedad anticipatoria: a veces, la mente anticipa problemas futuros cuando aún no han ocurrido. Este tipo de ansiedad surge como un mecanismo de protección ante posibles desafíos. En este artículo encontrarás más información sobre la Ansiedad anticipatoria: qué es, causas, síntomas y tratamiento.
- Estrés acumulado: el estrés puede acumularse gradualmente sin que te des cuenta. Cuando finalmente te permites relajarte, toda esa tensión acumulada se manifestarse como ansiedad.
- Perfeccionismo y autoexigencia: las personas tranquilas a menudo tienen altos estándares para sí mismas. La presión por mantener siempre la calma puede, paradójicamente, generar ansiedad.
- Efecto rebote: después de un período intenso, el cuerpo experimenta una “descarga” de ansiedad cundo finalmente se relaja, como un mecanismo de liberación.
- Sensibilidad aumentada: en momentos de tranquilidad, es normal volver más consciente de tus sensaciones corporales, lo que lleva a interpretar erróneamente señales normales del cuerpo como síntomas de ansiedad. Concretamente, en este artículo, te contamos cuáles son Efectos de la ansiedad en el cuerpo.

Qué hacer cuando estoy tranquilo pero tengo ansiedad
Si aparece la ansiedad cuando estamos tranquilos y no sabes cómo gestionarla, te recomendamos aplicat las siguientes estrategias:
- Practica la respiración consciente: las técnicas de respiración profunda te ayudarán a calmar tu sistema nervioso y reducir los síntomas físicos de la ansiedad. Ejercicios como la respiración diafragmática o la técnica 4-7-8 pueden ayudarte.
- Identifica tus pensamientos: Trata de reconocer los pensamientos que desencadenan tu ansiedad, cuestiónalos y reemplázalos por otros más realistas y positivos.
- Haz deporte: mover el cuerpo ayuda a liberar tensión acumulada y promueve la producción de endorfinas, lo que mejora el estado de ánimo y reduce el estrés.
- Crea un entorno de seguridad: si la ansiedad surge en un entorno tranquilo, procura rodearte de elementos que te brinden confort, como una manta suave, una infusión relajante o una luz cálida.
- Escribe un diario: escribir sobre tus experiencias puede ayudarte a identificar patrones y desencadenantes de tu ansiedad.
- Limita la cafeína, el alcohol y otras sustancias: estas sustancias incrementan los síntomas de ansiedad, especialmente cuando se consumen en exceso.
- Busca apoyo en tus relaciones sociales: hablar con amigos o familiares de confianza proporciona apoyo emocional y perspectiva.
- Establece límites saludables: aprende a decir “no” a compromisos que puedan sobrecargar tu agenda y generar estrés innecesario. En este artículo verás Cómo decir «no» sin decir «no».
- Busca apoyo profesional: si la ansiedad persiste o interfiere con tu calidad de vida, considera acudir a un psicólogo que te ayude a comprender sus causas y a gestionarla de manera efectiva.
En definitiva, experimentar ansiedad cuando estamos tranquilos es más común de lo que parece. Recuerda que cada persona es diferente y lo que a una persona le funciona puede no ser igual de efectivo para otras. Sé paciente y poco a poco encontrarás la estrategia que mejor se adapte a ti para hacer frente a la ansiedad.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
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- Delgado, E. C., De la Cera, D. X., Lara, M. F., & Arias, R. M. (2021). Generalidades sobre el trastorno de ansiedad. Revista cúpula, 35(1), 23-36.
- Piqueras, J. A., MARTINEZ-GONZALEZ, A. E., Ramos Linares, V., Rivero Burón, R., García López, L. J., & Oblitas Guadalupe, L. A. (2006). Ansiedad, depresión y salud.